top of page

El análisis de la ciudad postmoderna nos muestra los cambios producidos a nivel social, político, económico y cultural en los últimos 40 años. Reacciones, gestos ante el cambio de lo cotidiano, ante la alteración de los escenarios habituales que bien conocemos. Nada escapa ante la mirada atenta e impasible del artista que todo lo cuestiona y analiza.

​

Como Orwel imaginó el futuro ha llegado, solo hay que ponerlo a prueba. La ciudad se convierte en el escenario perfecto, millones de actores y una ciudad que toma vida propia a través de las propuestas de los propios habitantes, capaces de juzgar lo que en ella sucede. 

​

Que ocurre si el paisaje diario, lo que siempre vemos de repente cambia, o si la ciudad un día se vuelve y te mira a los ojos... ¿y no da la impresión de que el arte debe tomar partida en todo esto? No cabe duda, después de todos los cambios procesuales y conceptuales del siglo pasado el objetivo del arte está bastante claro, la ciudad cómo soporte, herramienta y espacio para desarrollar propuestas artísticas, su que hacer diario, su relación con la tecnología y con la vida de los propios habitantes.

​

El arte como herramienta capaz de entablar una continua relación con el medio en el que se desenvuelve. Así es como llegamos a la unión de arte/ciudad/ciudadano una relación que se convierte en un juguete en las manos de cualquier artista capaz de modificar, aportar, proponer, cambiar cualquiera que sea la situación de las comunidades.

​

Nosotros pretendemos experimentar con ello, jugar, ver que ocurre cuando acercamos el arte a dichos ámbitos de los cuales antes quedaban muy alejados. 

​

Queremos utilizar el arte a nivel educativo, como motor de cambio social, para la resolución de conflictos, la integración de algunas comunidades aisladas u olvidadas. Creemos en el poder del arte y vamos a demostrarlo a través de este proyecto.

​

bottom of page